La respuesta obrera fue la asamblea, un paro total ante los despidos y la coordinación con los compañeros de EMFER, que están en el mismo predio. Estos, pararon en solidaridad y acompañaron el corte de General Paz, hasta que se decretó la conciliación obligatoria con todos adentro. Cirigliano no retrocedió con los despidos, por el contrario, jugo al divisionismo, reincorporando a un puñado de seis obreros y ofreciendo retiros voluntarios, cumplidos los plazos legales de la conciliación, la patronal se mantuvo firme con el despido de 18 compañeros.
En la semana que comenzó el martes 8, se anunciaron los 18 despidos y después que estos lograran franquear la entrada, se realizó una asamblea en la cual la burocracia comenzó oficiando de voceros patronales con la oferta patronal de cambiar 18 despidos por los días caídos, eso sí marcando que “si paraban ellos apoyaban”, con semejante planteo, la desmoralización y el aislamiento a la que fue llevada la fábrica, la asamblea se perdió. Ni se les ocurrió convocar a un plenario de delegados de la UOM para defender a los despedidos, no es su método.
Al día siguiente, los despedidos volvieron a insistir, logrando arrancar, a pesar de todo, el paro y la ocupación de Tatsa, e igual que en Terrabusi, decretaron el asueto, para vaciar la lucha y otra vez los despedidos quedaron solos. El jueves 10, un conjunto de organizaciones convocadas por la Coordinadora Obrera, corta la Gral Paz, junto a los despedidos en solidaridad con Tatsa y Terrabusi, otra vez la ausencia de la UOM estaba en armonía con la patronal.
Finalmente el viernes 11, la UOM le puso el moño al reclamo de reincorporación arrojando una mariposa que ni siquiera entregó en mano y que resumía su política ante los despidos con un “solo queremos trabajar”. La asamblea vaciada, se perdió y 18 compañeros quedaron en la calle como quería Cirigliano.
Conclusión
Es importante recordar que Tatsa es una de las más de 600 compañías beneficiadas con la ayuda estatal que se canaliza a través del Programa de Recuperación Productiva (REPRO), que en lo que va del 2009, ha tenido un costo fiscal que asciende a 60 millones de pesos. A través de estos subsidios de 600$, el gobierno está pagando parte del salario a poco más de 38 mil trabajadores en todo el país con el objetivo oficial de “sostener el nivel de empleo en medio de la crisis”. Los despidos muestran que esto es una verdadera estafa avalada por la UOM.
Cabe alguna duda de que durante todo este tiempo, la patronal operó a través de la dirección de la UOM con un sistemático trabajo de desmoralización de la fábrica y que además, esta política está en conformidad con la miseria salarial que acordó la directiva nacional de Caló, permitiendo la profundización de un ataque a los básicos de convenio y un desguace de la paritaria. Tomando el promedio del incremento salarial de todo el año, el aumento real de bolsillo sería del 14,5% para el operario metalúrgico. La lucha de Tatsa establecía una ruptura con esta política, por eso, había que derrotarla.
La firma de este acuerdo puso de manifiesto que la UOM no tenía intenciones de romper con la política del gobierno y debía frenar el ascenso de las movilizaciones metalúrgicas y cualquier reclamo de profundización de la huelga.
La tendencia a elegir delegados combativos es tan importante que cualquier posibilidad de dejar de controlar el cuerpo de delegados, espanta a la burocracia del gremio, por ello ha reclamado inconstitucionalmente que sea requisito estar afiliado para ser delegado, no sólo al sindicato sino también a la Obra Social. En Tatsa, el próximo mes se renovará la representación gremial y es en este marco, que se han permitido estos despidos. La discusión salarial en centenares de fábricas pasa por el reclamo del salario y acerca de la necesidad de renovar las direcciones que rompan con la entrega y debemos tener presente que la dirección de la UOM actuará de la misma forma en cada conflicto.
Por ello está planteado, más que nunca, reforzar la tendencia a elegir delegados y un pliego de reclamos de cada planta. Las bases del gremio de la UOM deben sacar las conclusiones del caso y ponerse de pie organizando una agrupación clasista que aparezca como el reaseguro de los reclamos de los obreros metalúrgicos, ante cada nueva agachada.
carlos suarez 1569191733