lunes, octubre 26, 2009

Con la presencia de Jorge Altamira, el Partido Obrero realizo una charla debate sobre el conflicto de Kraft

El viernes 23, el Partido Obrero realizó en San Martín la charla debate "Después de Terrabusi-Kraft: una nueva etapa". La asistencia de Jorge Altamira, en reemplazo del anunciado Nestor Pitrola, quien a último momento debio hacerse presente en una instancia de lucha del conflicto sobre el que trataba la charla, fue señalada por el dirigente como un reflejo del involucramiento del Partido Obrero en la lucha desde un principio.
Durante la charla, Altamira, tras desarrollar en detalle el proceso de la lucha en Terrabusi, planteo al conflicto como una especie de laboratorio de la situación política general: la crisis del "régimen kirchernerista" -que se reivindico siempre "nacional y popular" para terminar ejecutando una represión "por cuenta y orden de la embajada yanky" y de su principal caballo de batalla, la "burocracia sindical" -en referencia a la CGT de Moyano y Daer y la CTA de Yasky.
También señaló la coincidencia de la "oposición "patronal" (PRO, Coalición Cívica) con el gobierno en el "programa del FMI": despidos, suspensiones y tarifazos, oponiendo la emergencia de un sector del movimiento obrero luchador que se organiza por fuera de la burocracia sindical, las patronales y el gobierno por el otro y que vinculo con otros procesos como la huelga del Casino o los conflictos del Subte.
Asimismo, denuncio el boicot a la lucha por parte de la CGT, recordando la referencia de Moyano a una lucha "ideologizada" en los días previos a la represión. También se refirio a la CTA, señalando que viaja hasta Jujuy en defensa de Milagros Salas, que ha hecho en muchas ocasiones de "fuerza de choque" contra luchas populares, pero que los representantes de la central alternativa nunca se acercaron a la Planta de Pacheco apoyar en la lucha ni llamaron a un paro general como correspondería a una organización sindical que realmente defendiera los intereses de los trabajadores y la democracia sindical.
Tras destacar la participación de la clase obrera y de los estudiantes en la lucha, Altamira invitó a la nutrida concurrencia a participar de las Conferencias Sindical y de la Juventud que en el mes de Noviembre convocará el Partido Obrero.

PARTIDO OBRERO REGIONAL SAN MARTIN

martes, octubre 20, 2009

Balance de la lucha de FP Impresora

Con el levantamiento de la carpa que los trabajadores mantenían frente a la empresa se cerró formalmente el conflicto de FP Impresora. Luego de arduas negociaciones, el resultado fue la reincorporación de diez trabajadores (seis de los cuales habían reingresado con anterioridad) y la “desvinculación” de otros veinte, con el pago de las indemnizaciones que la patronal se negaba a abonar aduciendo justa causa.
Desde el paro de mayo contra los primeros despidos (en represalia a un intento de afiliación al sindicato), y durante cuatro meses, los jóvenes gráficos de FP desplegaron una formidable movilización que incluyó el acampe frente a la planta, cortes de calles, festivales y el llamado a la solidaridad del movimiento obrero combativo. La patronal, por su parte, apeló al lock-out y a la judicialización de los huelguistas; aun así sólo logró imponerse con la ayuda de la fiscalía, el Ministerio de Trabajo y de la burocracia gráfica.
Todos los procedimientos antiobreros del Estado burgués se activaron contra el conflicto, desde la interminable peregrinación por delegaciones (provinciales y nacional), sin lograr la menor sanción o pronunciamiento contra una patronal que incurrió en manifiestas ilegalidades, hasta el desalojo violento de los portones y la detención de varios trabajadores por orden de un juez de “garantías”.
La burocracia de Ongaro, enemiga declarada de todo proceso de sindicalización, actuó sin disimulo para aislar a FP del resto del gremio y desviar la lucha hacia el pantano del ministerio.
Al mismo tiempo, otro factor que incidió en la derrota del conflicto fue la intervención del PTS. Desde su llegada a la huelga, sus militantes se convirtieron en los más activos adversarios de la ocupación de la planta. La idea de tomar las instalaciones venía madurando en el activismo, como una respuesta consecuente a la intransigencia demostrada por la empresa en cada una de las audiencias.
La alternativa propuesta por el PTS fue la gestión legal ante el ministerio del “abogado de Pilkington”. Según la engañosa versión del PTS, esas gestiones fueron la clave del triunfo en aquella lucha y, en el caso de FP, podía ahorrar el costo de tomar la fábrica. Sin duda, había condiciones políticas para ocupar, como lo indicaban Malhe, Massuh, Indugraf y sobre todo la propia Pilkington. Ese era el paso que había que dar. Desde ya, la ocupación no es una receta ni una garantía de triunfo, pero habría cambiado drásticamente el escenario del conflicto al poner la pelota en el campo de la patronal.
Como destacamos en sucesivos artículos de Prensa Obrera, la importancia de este conflicto radicó en que fue expresión de una nueva vanguardia que se organiza y se templa en el fuego del combate contra la crisis. El conflicto puso de relieve ante esta nueva generación el lazo de clase que une al Estado (el Ministerio de Trabajo y la Justicia) con las patronales, y mostró la fuerza que puede desplegar la acción obrera aun tratándose de un pequeño contingente.
Un balance exhaustivo de esta experiencia ayudará al activismo gráfico naciente a comprender la necesidad de independizarse de la burocracia como condición para luchar por sus reivindicaciones y, adicionalmente, le permitirá clarificar la miseria política de corrientes que “discursean” sobre la lucha pero, a la hora de los bifes, siempre encuentran una excusa.

Miguel Bravetti