Las denuncias de los familiares así como de testigos confirman que lo ocurrido en José León Suárez constituye una masacre. “Fueron directamente a matar”, como bien lo sintetizó el padrastro de uno de los chicos que falleció. La policía tiró a quemarropa y, como dan cuenta las primeras revelaciones, varias víctimas recibieron balazos por la espalda. Esta salvaje represión no se puede separar de la cruzada en que está empeñado Scioli, quien reclama la rebaja de la imputabilidad para los menores de 14 años, pretendiendo convertir a éstos en el principal blanco de la lucha contra la delincuencia. La acción de la bonaerense se inscribe en este cuadro. Los efectivos que intervinieron no actuaron en forma improvisada, como lo corroboran las primeras informaciones, sino bajo instrucciones de sus superiores. La comisaría de la zona, como lo señalan los vecinos, es conocida por la prepotencia e impunidad con las que actúa contra la juventud y carga sobre sus hombros con varios casos de gatillo fácil.
El gobierno de Scioli debe asumir su responsabilidad. No podemos aceptar que el gobierno pretenda despegarse del hecho, separando o sumariando a un subalterno. Es necesario apuntar hacia arriba, a la cabeza: la cúpula de la bonaerense, el secretario de seguridad Casal y el gobernador. Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de esta verdadera carnicería.
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